miércoles, 10 de enero de 2018

ALTEZA

Te sirvieron mi cabeza
en bandeja de plata,
sentado en tu trono real.
Oh, César Augusto, alteza,
en tu palacio de metal,
mientras yo, caballero andante,
Quijote magister,
Cid Campeador que resiste.
Infanta que me dijera,
si buen señor hubiera,
¡Dios, que buen vasallo hallara!

Oh, Rey Sol, luz regia,
de excelentísima corte egregia,
en divino fulgor os hallan,
yo que me he curtido
en mil batallas,
gladiador que fiera alguna acalla,
rodeado de nobles y juglares,
plenas sus manos de ricos manjares
y que a tus espaldas se lamentan,
me pesa tanta afrenta.

Oh Rey parapetado, oh César,
con tu guardia personal y tu grandeza,
mis fieles y jóvenes escuderos,
venid a mí y preparad vuestros aperos,
luchad con vuestro trabajo,
luchemos sin desparpajo…
que halle buena visión
en lo más alto del palo mayor.


2 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

Altezas que olvidan ser simples lacayos y miran por encima del hombro, hasta que pierden de vista la lógica y se convierten en fieras enjauladas en la mala baba que por la piel les transpira.

Paco Velázquez dijo...

Desgraciadamente, muchos siguen anclados en la Edad Media.