sábado, 22 de febrero de 2014

75 AÑOS DE LA MUERTE DE ANTONIO MACHADO

Grande, Antonio Machado.
Hoy se cumplen 75 años de su muerte en Colliure, donde exilió por la Guerra Civil.
Serrat lo versionó magníficamente en múltiples ocasiones..

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LAS MOSCAS

Vosotras, las familiares
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares
me evocáis todas las cosas.
 
¡Oh, viejas moscas voraces
como abejas en abril,
 
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
 
Moscas de todas las horas
 
de infancia y adolescencia,
 
de mi juventud dorada;
 
de esta segunda inocencia,
 
que da en no creer en nada,
 
en nada.
 
 
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
 
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
 
 
Y en la aborrecida escuela
 
raudas moscas divertidas,
perseguidas, perseguidas
 
por amor de lo que vuela.
 
 
Yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
 
sobre el librote cerrado,
 
sobre la carta de amor,
 
sobre los párpados yertos
 
de los muertos.
 
 
Inevitables golosas,
 
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
 
me evocáis todas las cosas.

https://www.youtube.com/watch?v=qYIf4rlhRh4





CAMINANTE


Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.


https://www.youtube.com/watch?v=AlKqu_uHJTM





domingo, 9 de febrero de 2014

CUANDO TUS MANOS ME ACARICIAN


Cuando tus manos
me acarician,
me embelesan el alma,
me divinizan las dulces
horas del silencio en calma
a la amanecida sin nubes.

 
Cuando tus manos
me acarician,
sensibilizan los albos amores,
los sueños apasionan corazón,
me envuelve la sinrazón
y elevan al mar del adiós
esperanzas y fantasías en colores.

 
Cuando tus manos
me acarician,
cabalgo aplaterado en diurno,
de ojos nocturnos,
buscando claridades,
límpidas y sensuales.

 
Cuando tus manos
me acarician,
rubrican elfos y hadas,
aleteos libelulares que me hablan
de esperanza y regocijo.
Aún me lleno y sonrío.

 
Cuando tus manos
me acarician,
apaciguan enjambres de miel,
orgasman las palabras de fiel
encuentro junto a las miradas
no pronunciadas.

 
Cuando tus manos
me acarician,
lisonjas la algarabía
de la lluvia fresca al día,
saciando mis sentidos,
olvidando los sinsentidos.

 
Cuando tus manos
me acarician,
mi mirada adulas,
como un presagio de la luna
de voces angelicales
y estrellas incondicionales.

 
Cuando tus manos
me acaricien,
resurgiré de nuevo
en un mar de nieve,
en un cielo de luces
dádiva que me encumbre,
la vida entreteniendo
entre las divinidades despierte
y la suave brisa recubra mi rostro
delicadamente infantil a los ojos.