martes, 30 de julio de 2013

EXPIRADAMENTE MUERTO


Miedo,

padezco miedo

esta oscura y exánime noche

de luna nueva.

 

Ya no hay verdor ni mar

en mi olfato inánime.

No puedo pensar

que no podré pensar,

que ya no soy este día extinto.

 

Mi manos pesan sin dedos.

Ya no acusan ni dan ternura.

Mis pies se marchitan,

olvidaron su caminar.

El tiempo escada vez

más lento y negro,

más humano, expirado.

 

No sé si recordaré la angustia,

ni si perderé los labios

por no besarte en la agonía.

No sé si olvidaré el olvido definitivo.

Ni si los pensamientos en danza macabra me devorarán.

Ni si prestaré atención a tus lágrimas

y a tus ruegos  en este conticinio,

con los párpados aún sin cerrar,

resignado y sin aire por costernar.

 

No sé si murmuraré

o sucumbiré en el suspiro,

cuando todo, todo se me acabe.

Ni sé ni tengo por qué saber…

 

Ya ignoro todo.

Pienso en nada.

Ni pienso.

Ni ignoro.

Todo es vaguedad.

Todo tropieza vago.

Todo es exiguo,

ambiguo, ambigüedad,

muerte, silencio,

miedo, ausencia,

oscuridad.

Sin cruz.

Sin luz.

Nada.

Y yo insignificante,

ignorado,

sin serlo,

quedo frío,

sin sentirlo.

Expiradamente muerto.



1 comentario:

Lola Fontecha dijo...

Autentica, mi amor